El amor es ciego

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Cuando los hijos nacen no sabes qué les deparará el futuro, no sabes cómo serán ni qué gustos tendrán; simplemente no sabes nada y todo es duda (bueno, sí sabes algunas cosas). Sólo sientes que debes hacer lo mejor para guiarlos mientras están en tus manos. Al principio, los hijos son cositas tan pequeñas, tan indefensas y tiernas, y ¡ese mini pedacito de carne es tu responsabilidad! Luego pasa el tiempo, crecen y desarrollan su personalidad; ahí es cuando empiezan a ser ellos mismos, a tener sus propias ideas, y se vuelven seres independientes. Y descubres que aquí no puedes, ni debes interferir, sólo ser un apoyo (aún me niego a esta parte, mis hijos son míooooos, que no crezcan por favor… sí, ya sé, es imposible, no me regañen).

Un día en el parque, Bruno descubrió las muñecas. Era una muñeca que abría y cerraba los ojos. Estaba impresionado. La acostaba y la sentaba para poder ver el parpadeo de las pestañas. Se aventaba de la resbaladilla sin quitar la mirada de sus ojos. Estaba impactado. Y pensé ¿por qué no comprarle una muñeca? Al final lo olvidé y no se la compré.

Meses después, viendo un comercial, se me ocurrió decirle que si le compraba una muñeca y tajantemente me dijo: “¡No! son de niñas”, y yo puse cara de ¿what? O sea, ¿de dónde sacó que esto es de niño y esto de niña?, ¿qué no lo estoy educando en el plan de todos somos iguales? Así que le respondí que el podía jugar con el juguete que le gustara, que todos los juguetes son para todos los niños.

La primera pregunta que me hice fue: ¿habrá sido en la escuela? Inmediatamente me respondí que no, porque son bastante tolerantes como para enseñarle eso. ¿Es la televisión? Tal vez, los comerciales de juguetes son carritos para niños, muñecas para niñas, no sé… dudé. Al final concluí que es todo lo que nos rodea. Es la sociedad en general.

Nos educan desde chicos a asumir roles predeterminados, que no podemos cuestionar. Así, tajantemente como me contestó él ante la compra de muñecas, nos machacan: “el rosa de niña, el azul de niño”; sí dices lo contrario, te juzgan, señalan y hasta te pueden llegar a agredir. Yo no quiero eso para mi hijo. Yo quiero enseñarle que podemos ser incluyentes, que lo que define a una persona va más allá del azul y el rosa. Primero se empieza a discriminar por colores, después por la forma de vestir, por la marca de ropa, por la condición social y al rato es por la orientación sexual.

Quiero que mis hijos sean libres de tomar las decisiones más importantes de su vida sin ningún tipo de presión, y que dejen que los demás tomen las suyas. No importa qué decisiones tomen, ahí estaré junto a ellos para amarlos siempre (entiéndase ciegamente).

19 respuestas a “El amor es ciego

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  1. Realmente me gustó lo que escribiste y el ángulo que le diste!
    Felicidades amiga por esa visión que tienes de tus hijos! Que sean lo que ellos quieran! Besos

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    1. Gracias amiga, ojalá y me obedezcan, ah no, que sean lo que ellos decidan jajajaja.. Es súper importante enseñarles a respetar y ser ellos mismos.. te quiero! Besito..

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  2. El juguete favorito de Diego es un muñeco… cuando lo pidió a Santa, Santa estaba feliz de traérselo pues él quería tener un bebé y cuidarlo… así llegó Dany a nuestra familia… (el nombre que Diego eligió para el muñeco, es el nombre de su padre ausente). La mejor manera de ayudarlos a crecer es dejándolos ser… abrazo querida Grace!!!

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    1. Si libreeeees.. bueno tantito.. y yo me acepto control freak, pero trato de ser un poco congruente (dentro de mis posibilidades) jajajaja.. mil gracias Elizabeth, te mando un abrazo 🙂

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  3. Tienen que ser libres tal como lo dices, creo que lo único en lo que se debe intervenir es en que las elecciones que tomen simpre sean buscando ser felices. Todo lo demás llega por añadidura. Te quiero.

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  4. Soy madre primeriza, él tiene apenas 3 meses, por lo que además de mi amor ciego por éste niño, me cuestiono muchas cosas, como es que reaccionaré ante tal o cual situación, asi que espero hacerlo de la misma forma que lo describiste, es la idea, pero estamos rodeados de muchos prejuicios es esta sociedad 😦 da miedo, la verdad.

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    1. Si, es dificilísimo saber ante que cosa reaccionar tranquilos y en cuales no! Siempre estamos aprendiendo y que miedoooo.. Un abrazo y gracias por leernos 🙂

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  5. Graciela: me encantó tu texto, qué bueno que Bruno te tiene como mamá. Sabes que coincido completamente en este tema y espero también lograr el objetivo con María.

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  6. Siempre he pensado que, además de la información contenida en nuestro ADN, los seres humanos somos «configurados – condicionados» desde la gestación. Si a esto sumamos que ciertas características y «candados mentales» (o morales) nos son inducidos por nuestro entorno social, el resultado (cual mezcla licuada en alta velocidad) es lo que define nuestro comportamiento y forma superficial de mirar la vida.

    La sociedad establece ciertas normativas que buscan procurar la convivencia armoniosa entre nuestros semejantes y nuestro ecosistema. Eso sería ideal si fuese un pensamiento incluyente. Lamentablemente los factores religiosos, políticos, de poder suelen reprimir y señalar con un dedo acusador todo aquello que no se ajuste a la norma establecida. Y esto sucede en todo el mundo y ha sucedido en el curso de nuestra historia sobre este planeta.

    Como padres tenemos una responsabilidad enorme: Preparar y alentar a nuestros hijos a enfrentarse a un mundo complejo, esperando que nunca pierdan la capacidad de asombro ante la belleza y majestuosidad que la vida nos plantea. Si bien hay que alentarles a que hagan sus propias elecciones, deben estar conscientes de las reacciones y eventuales efectos de sus decisiones, sobre su persona y sobre su entorno. Deben aprender a escuchar las voces alrededor pero sin dejar de escuchar la propia…

    Citando a Carlos Fuentes: «No existe la libertad, sino la búsqueda de la libertad, y esa búsqueda es la que nos hace libres.». Eso espero transmitirle a mis cuates… que nunca dejen de buscar.

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    1. Muchas gracias Enrique, padrísimo tu comentario, y la cita de Fuentes va como anillo al dedo a lo que escribí, es difícil librarse de los estereotipos y las ideas pre-concebidas que nos rodean, pero creo que todo es posible, y que si uno pone la semilla en los hijos, al final puede que ellos tomen los caminos que más felices los hagan. Mil gracias por tu comentario, abrazo.

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  7. Amiga Grace!!!
    Ahora si , me dí una escapada de mis montañas virtuales para leerte y escribirte; fíjate que estoy muy de acuerdo contigo en este enfoque ciego de amor a tus hijos, lo padre es que no se encuentra tan ciego al momento de formarlos y evitar las etiquetas que la sociedad misma nos va imponiendo.
    Me haces recordar mi época de niño – y vaya que eso ya llovió y granizó- cuando mi hermana jugaba con los luchadores de mi ring y yo le reordenaba sus juegos de tacitas de té.
    Cuando sea papá, seguiré el aprendizaje que el día de hoy nos has compartido.
    Un abrazo!!!

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    1. Jajajja yo también jugaba a los soldaditos con mis hermanos, pero ellos no eran amorosos con mis muñecas, las convertían en soldados también y se llevaban una tremenda golpiza por andar en la guerra jajajjaja creo que ahí empece a ver que todos podíamos jugar con cualquier juguete. Lo demás lo vas aprendiendo en el camino y con la ayuda de los papás! Un abrazo amigo y gracias por leer 🙂

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