No quiero ser Lady

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¡Estamos en el hoyo! Me agobia muchísimo la cantidad de violencia y agresividad en la que vivimos inmersos. Inmersos, contagiados y vacunados contra ella.

La semana pasada corrió por las redes el famoso video de la #ladysenadora. La senadora se molestó porque llegó tarde al vuelo y no la dejaron subir al avión. Su reacción: ofendida, molesta, enojada. ¿Cómo es posible que no le permitieron abordar, ella que es autoridad y representante del pueblo mexicano? Y siendo tan importante tenía derecho a llegar tarde unos minutitos.

Creo que seas quien seas, llegar uno o 30 minutos tarde es lo mismo. Si esa es la regla, hay que respetarla (a mí ya me pasó, perdí el vuelo y me tuve que aguantar, pero yo soy una simple mortal). El problema es que por más que le explicaron a la señora senadora que no tenía razón, ella siguió alegando que sí la tenía y eso le daba el derecho a ser agresiva y grosera con la mujer del mostrador. Aunque ella insiste en que no fue grosera, para mí, preguntarle a alguien sobre su nivel académico (“¿dónde estudiaste?”) tiene la finalidad de rebajarla y menospreciarla. Eso es ser grosera. (Y ése es sólo uno de los tantos comentarios nefastos que salieron de su linda boca).

¿Cómo hacerle entender que está mal, si ni ella misma se da cuenta? Esta mujer se escuda en que era un viaje de trabajo en el que iba a conseguir recursos para beneficio de los ciudadanos. He aquí el problema, justificamos todo y sentimos que tenemos derecho a hacer y deshacer porque tenemos un supuesto argumento válido para romper las reglas y validar nuestras acciones. El argumento de la senadora queda anulado al momento de llegar tarde, ser prepotente y querer pasar por alto el reglamento. El fin no justifica los medios. Lo siento, nada justifica una agresión. Nada.

Gracias a que ahora todos traen celulares con cámara, nos hemos enterado de varios casos como éste, nos ofenden pero siento que ya no nos sorprenden. Y cuando salimos a la calle nos comportamos igual, diario nos toca un enfrentamiento, puede ser de un coche a otro porque simplemente no lo dejamos pasar, una mentada, un chiflido. Nos pasamos un alto, nos estacionamos en doble fila, buscamos sacar ventaja del otro, y no hay consecuencias, simplemente no pasa nada, no hay autoridad ni civil ni moral que nos condene, sin darnos cuenta terminamos convirtiéndonos en la Lady senadora.

Vivimos la violencia y la impunidad como algo cotidiano, nos espanta, nos asusta, nos escandaliza y luego la olvidamos. He escuchado 20 mil veces el discurso de “por eso estamos como estamos, por eso México no avanza, el cambio empieza por uno mismo”, pero ¡no pasa nada! Es un ciclo interminable, entendemos perfectamente qué es lo que hay que hacer: seguir las reglas y respetarnos, si así lo hiciéramos nuestra calidad de vida sería otra, pero estamos inmóviles, sordos y ciegos por decisión. Es mucho más cómodo señalar y criticar desde donde estamos sentados y no hacer nada. Al cabo que mañana será otro día y habrá otra noticia que comentar (y podremos lavarnos las manos y descansar).

Hace falta que nos detengamos dos segundos. Que veamos a nuestro alrededor y cambiemos. Nos falta empatía, nos falta respetar (sí, señor, no se meta en la fila, eso no lo hace más inteligente, lo hace menos empático y más irrespetuoso). Entiendo que no podemos estar de acuerdo en todo, pero podemos intentar ser tolerantes unos con otros, tratarnos bonito, por lo menos tantito, ¿no?

No quiero ser la #ladysenadora, me niego a que la violencia se vuelva una costumbre, ¡y me niego a que sea cotidiana!

16 respuestas a “No quiero ser Lady

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  1. Más allá de las palabras, los ciudadanos debemos exigir justicia y rendición de cuentas, de no ser así, seguiremos atestiguando abusos en nuestras narices infinitamente.

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    1. El problema esta en que ni decimos, ni hacemos, ojalá pronto todos pongan un alguito de si mismos, para no permitir atropellos, ni cometerlos!
      Gracias por visitar el blog 🙂

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      1. Es muy frustrante ver que, por ejemplo, en otros países, con un escándalo como éste, los funcionarios dimiten de su cargo por verguenza pública. Sin embargo, aquí la desfachatez y la impunidad siempre van de la mano.

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  2. He visto mugrosos funcionarios municipales mas prepotentes que ella, pero lo que me se me quedó es la frase que repite un par de veces:

    ‘Soy la persona que consigue los recursos para ustedes…’

    Por eso se creen los dueños del país, porque se gastan nuestro dinero.

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    1. Y dice «Soy la autoridad» (ignorante) es representante, no autoridad! Ay, yo no soy Lady, lo juro! jajajaja.. que bueno que te pudiste dar una vuelta al blog.. te mando un abrazote 🙂

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  3. Amiga, estoy totalmente de acuerdo contigo, que increíble esto que escribiste y espero que todos lo tomemos personal para lejos de seguir viendo la paja en el ojo ajeno, hagamos una reflexión de lo que nosotros podemos cambiar para ser mejores personas y punto! Eso se contagia estoy segura, un abrazo!

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    1. Yo también creo que eso te contagia, la cosa es no dejarnos llevar por «el que tanto es tantito» y el «Ay no pasa nada».. Gracias por visitar el blog.. y por leerme 🙂

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  4. cuñada, te apoyo y te entiendo perfecto…….cada quien empieza por si mismo…..yo me niego a la cotidianidad! ! ! lo único que disfruto cotidianamente , aparte de mi familia, la hermosa naturaleza, y las lindas personas que me pone la vida en el camino ……..son la comida , los besos, abrazos y la musica y el sexo……… fuera de eso todos los días deberían ser una cotidiana aventura …….. besos !

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    1. Cuñis, se que no mientes, ni me das el avión, porque los conozco y veo que su vida de cotidiana no tiene nada.. Ni se diga la aventuras que viven con los niños.. (ellos se divierten mas que nadie) jajaja.. Gracias por darte una vuelta por aquí, les mando abrazos a los 4 🙂

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  5. Comparto tu sentimiento de indignación!

    Independientemente de que se trate de una senadora (que vive de nuestros impuestos), hay ocasiones en los que la naturaleza humana me puede confundir y contrariar.

    Me explico: Este tipo de actitudes no son exclusivas de los Diputados, Senadores, Ministros, Gobernadores, Presidentes o Ex Presidentes… La prepotencia se hace presente en todos lados, en todos los estratos sociales, en todas las culturas…

    Las tecnologías móviles permiten captar los hechos como antes no sucedía, quedando sometidos al juicio de la plaza pública en la que se hemos convertido a las redes sociales. Lo paradójico es que precisamente en las redes sociales se está presentando un tipo de prepotencia aumentado y protegido por el anonimato…

    Me encanta lo que escribes amiga! Sigue adelante!

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    1. Mil gracias querido Quico! La verdad tienes razón el anonimato de las redes esta empoderando a gente para bien y para mal! Pero como digo creo que hay que detenernos y ser autocrítica, lo ideal seria que todos lo hiciéramos y aportáramos un granito a esta locura que vivimos hoy en dia! Un abrazo 🙂

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