Soy carne sabrosa

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CALABAZAS, fantasmas y brujas. Cuando era una niña, como la tradición lo dictaba (si, la tradición gringa) salía con mis amiguitos a pedir dulces, tocábamos las puertas de los vecinos con nuestro cantito: “Tricky, tricky Halloween; tricky, tricky Halloween”, y cuando abrían con dulces en las manos moríamos de la emoción.

Una de esas noches oscuras de miedo y CALABAZAS (dejen digo mucho CALABAZA para que venga al caso con el tema de la semana), unos vecinos lindos y simpáticos me robaron el amor al Halloween y a los perros. Recuerdo que salimos felices con nuestras CALABAZAS a pedir dulces, calculo que éramos unos 10 niñitos, tocamos fuerte a la puerta gritando nuestro cántico y cuando abrieron, preguntaron: “¿Quieren tricky, tricky?” Obvio, todos contestamos que si. ¡Zaz! que sueltan un perro Doberman, “Ahhhhhh” todos corrimos como locos. Para mi mala suerte, a la que tumbó y mordió fue a mí. Si, bonito Halloween. ¿A quién se le ocurre soltar un perro en Halloween? ¡Maldito vecino inconsciente! Mató mi ilusión halloweenesca.

Y ésa es una de siete historias que tengo sobre perros atacándome y mordiéndome. Ya sólo los veo y veo sus dientes filosos, su baba escurriendo y sus ojos mirándome como carne sabrosa. La verdad trato de no verlos, o les saco la vuelta (una amiga escritora me decía que iba a escribir un cuento sobre mi miedo, titulado “La chica que caminaba en zigzag”) porque cuando los tengo cerca me paralizo, algo que no sé qué es se apodera de mí y no puedo moverme.

Realmente lo que quiero es abrazarlos y jugar con ellos, sí me gustan, sólo que me quedo ahí congelada con cara de idiota. Los dueños siempre reaccionan igual: “No hace nada”, “Es súper mansito, no te asustes”, “Deja que te huela para que agarre confianza”. Ajá, confianza para morderme. Lástima, ya no les creo.

Me han dicho miles de teorías del porqué de mi mala suerte con estos tiernos animalitos. Ya saben la típica: “Es que huele el miedo”, pero yo nunca les he tenido miedo, generalmente me acercaba para acariciarlos; otra teoría es la de: “Es que no te has ganado su confianza”, oseaaaaaaaa, ¿le llevo unas croquetas? ¿le invito a un café? Y la última es: “Tienes un olor particular que no les gusta” ¡Ah chingao! ¿huelo feo? Total que no doy una.

Pero la vida te pone pruebas y ahora mis hijos quieren un perro, no sé qué voy a hacer, se supone que en el verano llegará uno a la casa, pero sigo sin estar convencida… igual yo propuse un pajarito, a ver qué pasa.

Así que si van a ir a pedir Halloween, asegúrense de que no haya un perro cerca, ¡woof woof! Ni ¡CALABAZAS!

36 respuestas a “Soy carne sabrosa

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  1. ¿Carne sabrosa? Pensé otra cosa… jajaja.
    Lo que pasa es que no has conocido a mi Max, él es muy bueno. 🙂
    Por cierto, si quieres adoptar, busca rescate animal en facebook. Los perros rescatados son los mas agradecidos, y seguro, no te atacarán. 😉

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  2. Que caray, poco probable que la propuesta del pajarito trascienda, con ese antecedente si que es un reto el perro en casa, pero si llega y le das la oportunidad, se amaran intensamente, no le hace como huelas, ;). Gracias por el blog, me reí mucho.

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  3. Jajaja Grace! seguro los dueños de los perritos que te dicen que »no les tengas miedo», »deja que te huela» y así, lo que pasa es que no los han alimentado y quieren ver si caes. Jajaja ‘sabrotsa’ Me encantó tu texto. Besos.

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  4. Así, igualita soy yo… nomás que a mí jamás me ha mordido un perro….
    Gracias por tus textos, Grace, siempre me sacan una carcajada! (y no, no eres chistosa, así como pariente de lo feo, es que eres divertidísima!)

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  5. Mmmmmmm, yo te veo igual que esos perros, como carne sabrosa….jajaja. Por cierto, cómo es eso que en verano llega un perro? Viene de visita? Te quiero y me gustó el texto.

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  6. Algo le has de haber hecho al pobre doberman… Ah! recorde los tiempos de cuando los morrillos salian a las calles al «triqui triqui travesuras» y ciertos malosos los agarraban a huevasos y a robarle las bolsas (o calabacitas) de dulces. Salud…os!!!

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  7. jajajaja de ai tu miedo a los perros, yo pense qe era por qe sabes a calabaza 😉 o corrias a las 12 para qe no te convirtieras en calabaza jajajaja a ese era tu raite 😉

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  8. preciosa aun gustandote los perros despides el miedo, ami me encantan los perros pero siempre soy precabida y un niño con perro es un niño con amor a lo animales si no le compras un perro ellos siempre despreciaran a los animales o los veran como un obgeto no como un ser, compraselos y te ayudaran tambien a ti yo se que el negro duro mucho tiempo con ustedes te mando un beso yo tambien leo tus escrito y no se te quita lo bromita

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    1. Gracias por leerme tía, si los perros son lindos, me gusta verlos de lejos jijijiji.. igual un día mis hijos tendrán uno, igual no, pero siempre les enseñare a tratarlos bien, dont worry.. aunque me muerdan jajajaja.. Los quiero, besos a todos 🙂

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  9. Grace:

    Me recordaste dos canciones populares… la del baile del perrito y la que dice…»baila nena sabrosita…»

    Muchos mitos y tabúes hay alrededor de los amigos caninos, pero depende mucho de la raza del perro, hay perros que con solo verles la cara; imponen miedo que hasta uno tiene hacerse un lado. Otras razas, se ganan la ternura de la gente y son como para estarlos acariciando a cada rato.

    Lo feo de tus anécdotas es que te mordían o intentaban ir sobre de ti – algo de atractivo te han de ver ellos – no sé si dentro de tus anécdotas están el que se hagan pis en tus pies; eso si no es tan agradable.

    De igual manera, si tus peques desean un perrito, no estaría de más el ver las razas para que no te provoquen caos.

    Un abrazo amiga, saludotes… Sonríe 🙂

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  10. Seguramente el cachorro que llegué a tú casa te va a cambiar la perspectiva. Pues será parte de tú familia y como otro hijo más, lo vas a amar, regañar, odiar y sobretodo lo tendrás que educar, Ya te imagino al rato hasta vas a platicar con el animalillo (así lo hacía yo). Un Grans post este.

    Saludos

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  11. Yo los amo a pesar de que me han mordido dos, uno cuando tenía un añito, estaba gordísima, esponjadita muy sabrosa jajaja, la segunda vez iba en bicicleta, tenía como 11 años, se me dejó ir a la pierna de pollo jajajaja… pero en casa de mis papás tuvimos perros y ahora de casada también hemos tenido, así que Grace, deberías hacer la prueba, seguramente con perrito en casa vencerás tus miedos!

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