Pecadora yo

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Esta es la primera vez que confieso algo sobre mi primera vez. No, no es eso, no sean mal pensados, sino todo lo contrario, y al revés.

De chica siempre fui una niña muy bien portada, no era traviesa, ni berrinchuda, y siempre trataba de obedecer a mis padres. Creía ciegamente en lo que me decían y actuaba de manera acorde. Mis padres son católicos y practicantes, muy practicantes.

Toda mi vida estudié en escuelas católicas. Y como todo buen católico, cuando nací me bautizaron, luego me confirmaron y, cuando estaba en segundo de primaria, hice mi primera comunión. Antes de hacerla, tuve que cumplir ciertos requisitos: debía asistir a catecismo, donde me explicaban sobre la importancia de la Eucaristía. La Eucaristía es el sacramento más importante de los católicos, ya que al comulgar, recibes el cuerpo y la sangre de Jesucristo. Es el encuentro mas íntimo con Cristo, al recibir la hostia tus pecados son perdonados, refuerzas tu convicción de no cometer más pecados y te otorga la vida eterna. «El que come de mi carne y bebe de mi sangre, tiene vida eterna» (Jn 6:54)

Durante esos días de catecismo, mi madre me llevó religiosamente a todas las pláticas que debía acudir, pero el último día no pudo llevarme y falté ¡ups! Para mi mala suerte, fue el día en que le confesabas todos tus pecados al sacerdote para estar en estado de gracia y poder comulgar en la primera comunión.

Llegó el día del gran evento y yo no estaba confesada. ¡Oh, no! Y la Biblia dice: “Si alguien come el pan y bebe el cáliz del Señor indignamente, peca contra el cuerpo y la sangre del Señor.” (Cor. 11: 27-28). También dice que el que comulga en pecado mortal comete un grave pecado, llamado sacrilegio. Así que yo me sentí cucaracha, ¿cuál cucaracha?, me sentí mugre, sucia, lo peor de lo peor. Y sólo tenía siete años.

Esta culpa me duró años, aunque usted no lo crea, hasta que iba en la preparatoria o más tiempo; cuando estaba sola en mi cuarto, lloraba y lloraba (siempre he sido llorona). Años sintiéndome culpable y llorando. No había manera de que me hicieran cambiar de opinión, había pecado y era peor que una rata inmunda.

No sé en qué momento, creo que ya en la universidad, me di cuenta de que lo que yo era como persona no se limitaba a aquel hecho tan lejano, y que mis actos eran los que me determinaban.

A pesar de que soy católica, creo que la iglesia te llena de culpas no justificadas, que te lleva a juzgar a tus “hermanos” y a juzgarte a ti mismo. Para mí, mi espiritualidad no tiene que ver con confesiones, comulgar o ir a misa (sépase que no voy los domingos a misa), y mi alma no es una alma pecadora; diario trato de ser una mejor persona. Y como sugiere la iglesia, practico mi amor al prójimo (y ¡ah! qué difícil, a veces).

Y para finalizar, creo que llenarle la cabeza de culpas y miedos a una niña de siete años (que es cuando la mayoría hace la primera comunión) no es lo correcto. Número uno, qué sabe uno a esa edad, para una niña la verdad es la que le dicen sus mayores, padres o familiares adultos. Número dos: ¿qué pecados puede tener un niño para confesar? A los siete años no hay maldad.

Y tres, ¡cómo se le ocurrió a mi madre no llevarme ese día! Si no hubiera faltado al catecismo sería otra persona.

26 respuestas a “Pecadora yo

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  1. Me encantan sus historias y claro k todas tenemos muchas pero cuando se tratan de situaciones religiosas ,es mas grande nuestro sentimiento pero todo se supera con el tiempo y sobretodo la ayuda de Dios ,saludos.

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  2. Qué risa con el sentimiento de culpa… es terrible eso de querer entrar en estereotipos que otros (adultos), han creado. Menos mal que sí te quitaste ese peso de encima, aunque tardaras mucho tiempo 😦

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  3. la pregunta de los 700,000 es: ¿qué tipo de persona serías hoy en día si tu mamá te hubiera llevado ese último día al catecismo?!! jajaja… todo pasa por una razón!! Un abrazo fuerte Grace! 🙂

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  4. Ay amiga en mi escuela íbamos a confesarnos desde primero de primaria. Imagínate para cuando hice la primera comunión en quinto ya era una profesional. Entiendo perfecto lo de la culpa. Yo gracias a ella nunca he usado bikini pues me dijeron en el catecismo que era del demonio. De acuerdo contigo. Te quiero!

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  5. Hola Grace:

    ¿Pecadora?…¿tú?… pero si eres un pan un Dios !!!

    Muy cierta tu anécdota compartida, hacer el bien siempre será recompensado sigas o no sigas al pie de la letra los protocolos religiosos. Al final de cuentas toda la vida hay que buscar ser mejores seres humanos.

    Y como se dice por ahí… «amarnos los unos con los otros», aunque hay gente a la que si le pedimos a Dios muchísima paciencia, porque si le pedimos fuerza le damos un m%&/%… golpazo!!!

    Amiga, que tengas una bonita semana.
    Saludos =)

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  6. Muy cierto lo que platicas, en mi caso también estudié (sufrí) en una escuela católica desde los 5 años, eso me hizo ser muy católico pero no muy practicante jajajaja.
    Saludos

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  7. Jajajajaja me encanto tienes razon, somos de familias super catolicas practicantes pero lo malo es cuando la comodidad les gana, no le dan la importancia por que son adultos, una mentirilla piadosa y ya pero y uno que le arruinan sus dias jajajajaja a mi me paso algo similar bueno, no tan gacho jajajajaja mi mama por el echo de que somos una familia numerosa a la hora de la clase catesismo, la señora osea mi madre me dejaba en la iglesia del mismo fraccionamiento pues a mi tambien, a que facil que de paso le cuidaran a su hija y todabia le pidio al padre que yo tambien la hiciera para comodidad de ella y yo un dia antes sin dormir aprendiendome todo ,por que obio nunca puse atencion ( yo no estaba en eso) asi que me aprendi la mayoria de los resos, para pasar el examen que me hicieron y todo para que mi mama solo hiciera una fiesta de mis hermanos los cuates y yo, que horror ni lo disfrute a pero le convenia a mi mama super catolica y practicante jajajajaja que viera esto 🙂 me mata jajajajajaaj

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  8. Cuando tenía seis años mi hermana mayor me dijo enranciada Paquita , el juicio final!!! Van a estar todos,hasta mi papa ¡qué horror! Y yo muy tranquila le respondí – yo no voy a ir

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  9. Woow! Increíble forma de relatarlo, en mi infancia pase por lo mismo, y aunque también ya me quite de culpas, es interesante como es que tenemos una conciencia de pecador desde chiquitos cuando ni siquiera sabemos realmente que es pecar. Caray! La religión y sus mañas.
    Saludos.

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