Los seres humanos nos frustramos cuando las cosas no salen como queremos o como esperamos. Pero la vida está llena de eso, de incertidumbre, de sorpresas, de nunca saber qué va a pasar. De no entender nada.
Cuando era adolescente tenía planeado mi futuro. En mi mente, mi plan era fácil de llevar a cabo. Era una Susanita cualquiera (la de Mafalda), soñaba con casarme, tener hijos (no muchos), trabajar, ser exitosa, ser feliz. El plan perfecto.
Entré a la universidad y ahí los planes se empezaron a desmoronar. Me transformé en otra, casi, casi que ya no quería tener hijos, ni esposo, solo éxitos en mi carrera. La gran mujer profesionista. Pero ese plan no terminó así.
Me vine al DF para hacer una maestría, que tampoco hice. Empecé a trabajar como fotógrafa y mi vida tomó otro camino. Luego me embaracé y tuve a mi primer hijo. Nada que ver con mi plan Susanita. No estaba casada. No me sentía segura en mi relación. No tenía los grandes ahorros para enfrentar tal responsabilidad. No pasen a preocuparse, todo salió bien y nunca faltó nada. Sin embargo no se ajustaba al plan inicial.
Me separé. Tomamos caminos distintos. Él por su lado. Yo con mi hijo. Tampoco planeé ser mamá soltera. Otro detour en mi proyecto de vida. Pasó el tiempo, prometí no volver a enamorarme. ¿Y qué creen? Eso tampoco funcionó. Me enamoré y volví a romper el plan no plan.
¿Y saben? No, no estoy frustrada, traumada o enojada porque nada funcionó como pensé. Sí, las cosas no han sido fáciles, pero no podrían haber marchado de mejor forma. Lo admito, mi plan A era muy malo. Tengo un gran trabajo, no soy famosa pero me siento refeliz y satisfecha. Tengo los mejores hijos, ni en sueños podría haberlos imaginado tan bellos y extraordinarios. Encontré (y déjenme ser cursi unos momentos) a un hombre que no sólo me complementa, además me inspira, lo admiro y amo; ni Susanita lo hubiera soñado mejor.
Sé que las cosas no suceden como las vislumbramos. Suceden como deben suceder. Y no importa si de momento nos frustramos tantito porque al final lo que no planeamos resulta mejor.
Me gustó mucho!
Me gustaMe gusta
Gracias querida Ju.. mejor no hay que planear.. como tu dices 🙂
Me gustaMe gusta
Los planes alternos o «no planes» siempre son los mejores 😉
Felicidades Grace!
Me gustaMe gusta
Gracias amiga, si, de pronto la vida nos sorprende con un mejor plan para nosotros 🙂
Abrazotes.
Me gustaMe gusta
Como dice el viejo trovador, vamos haciendo camino al andar. Por eso es tan apasionante esto de andar existiendo.
Me gustaMe gusta
Gracias Nelly, si existiendo y dejando que la vida nos enseñe, ella sabe más que nosotros 🙂
Gracias por leer y comentar. Abrazos.
Me gustaMe gusta
Bueno, Susanita lo quería alto, morocho y sin madre, así que… 😀 😀 😀
Me gustaMe gusta
Jajajajaja le erré por mucho jajajajaja Gracias por comentar 🙂 abrazotes amiga!!
Me gustaMe gusta
Amiga, ¡me encantó! Es cierto: más tardamos en hacer planes que en no cumplirlos, pero de eso está hecha la vida y, de no ser así, tal vez no sería tan deliciosa 🙂
Me gustaMe gusta
Tienes razón, lo sabroso viene que las sorpresas que nos depara la vida! Y aprendemos más y valoramos más :). Mil gracias por leer! Te mando un abrazo 🙂
Me gustaMe gusta