No estoy de acuerdo

Inevitable hablar de trampas y no pensar en las tranzas que se comenten día a día, desde las más pequeñas hasta las más grandes e inimaginables. Y digo esto porque siempre pienso en este tema. El tema, el mexicano tranza.

Ya es bien y re bien conocido el dicho «el que no tranza, no avanza», y el que lo dice, lo dice como si fuera algo de lo cual estar orgulloso. He aquí donde radica el problema del mexicano, pensamos que ser tranza es algo de lo que hay que vanagloriarse. A mi me da pena, vergüenza y harto coraje.

Lo que pasa es que tenemos años viviendo con este modus operandi y ya creemos que ciertas cosas son correctas o válidas, por eso continuamos haciéndolas -esa es una de muchas razones- los abuelos se las enseñaron a nuestros padres y nuestros padres a nosotros, así que por ende, es correcto tranzar para avanzar. Me atrevería a decir que ni para avanzar, tranzar por demostrar que soy mas inteligente que mi vecino y ya.

Y lo hacemos en el trabajo, en la calle, con los amigos, con el desconocido, en el súper, en la escuela, en donde se pueda. «Me paso el alto, porque nadie me ve», «Me meto a la fila, porque soy muy fregón», «No pago impuestos, porque mi contador es el mejor», «Me robo el internet del vecino», «Me estaciono en doble fila», «Meto más viáticos para ganarme dos pesos», «Tranzo en mi trabajo», «Compro películas piratas», ¿Por qué? «Porque soy bien fregón». Y la lista es interminable.

No quiero ser la santurrona, pero en esta casa no caemos en esas tentaciones, lo siento, esa palabra uso con mis hijos «tentaciones» porque es muy difícil luchar contra algo que parece provechoso aun sabiendo que no es lo correcto. Y me enojo mucho, y me pongo mal porque no queremos dejar esas manías, no queremos hacer nada, no queremos cambiar. Porque nos conviene y porque podemos.

No se trata de poder, se trata de principios, ética e integridad. Así de sencillo. Podemos pasar sobre los demás, porque en este país no pasa nada si cometes alguna tranza. Hoy debatíamos al respecto; si cometes una falta, la probabilidad de que te descubran es muy baja y en caso de que te descubran la probabilidad de que te castiguen es muy pequeña, ¿entonces qué pasa? Que el incentivo para corromperse es altísimo. Porque además la ganancia recibida por corromperte es mucho más alta que el castigo que podrías llegar a recibir.

Nos la ponen fácil, en charola de plata, entonces ¿por qué no corromperte?

Solo queda apelar a nuestra alta moral para rescatar lo que queda de nosotros y nuestro país.

Están equivocados, porque el que tranza, no avanza.

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