Aquí no hay confesiones de amores varios o infidelidades. Pero si hay un gran amor del cual les hablaré: la lectura. Obviamente soy una amante que pasa de un autor a otro, de un genero a otro. A algunos les hago desaires, a otros les presto más atención y algunos los leo y releo hasta cansarme.
Por eso quisiera que mis hijos encontraran refugio en estos amores también y los disfrutaran de la misma manera. En esta casa siempre hay algo que leer a la mano e intentamos motivar a nuestros hijos a que se aprovechen de los libros.
Para mi gran suerte, hace unos días una mamá preguntó que si alguien quería participar en un intercambio de libros, inmediatamente levanté la mano y me apunté. Lo que no sabía era la dinámica de este intercambio, cuando me la explicaron más me emocionó y alegró, por no decir que me puse loca de gusto brincando sobre mi cama.
La dinámica consistía en enviar un libro a un niño y a cambio recibías 36 libros, ¡Si! Así como lo escuchan, 36 por uno. Y ¿Por qué te llegan tantos si solo envías uno? Porque para participar debes enviar un libro pero invitar a seis mamás a hacer lo mismo y esas seis invitar a otras seis; que a su vez hacen lo mismo y así indefinidamente hasta que nadie rompa la cadena.
¿Cadena? Efectivamente es una cadena, yo la verdad odio estas dinámicas y en cuanto escuché el término “cadena” casi me desanimo, pero no es tal cual una cadena de ventas donde debes comprar un producto para venderlo y venderlo.
Así me vino a la mente la película aquella de Cadena de favores donde salía Kevin Spacey y hacía algo bueno a una persona y esa persona a otra y a otra y a otra, es decir tenían que regresar el favor para que el bien se reprodujera infinitamente.
En fin, esto es igual; estas ayudando, y a mi me parece maravilloso regalarle a alguien un libro, más si es un niño. Más si en este país no existe el hábito de lectura. Más si al mexicano no le gusta leer. Más si esto se va a reproducir infinitamente y miles de niños tendrán libros en sus cuartos.
No voy a decir que participar es fácil, ha sido difícil conseguir mamás que se animen a entrarle a la dinámica. Me he topado con comentarios como «Treinta y seis libros son muchos», «¿Dónde voy a poner tantos libros?» «A mi hijo solo le gusta un solo cuento ¿para que quiero más?».. No lo puedo creer ¿de veras? creo que nunca son suficientes libros, que los hijos viven de la imgainación, crean historias, crecen, imaginan, alimentan su alma.
Otras respuestas han sido «Qué flojera buscar seis mamás», de igual manera me quedo pasmada, ¿por qué esperan que todo sea fácil y gratis?, en esta vida hay que lucharle para conseguir algo, echarle ganas, sudarle tantito.
Yo sí le entro, sí cuesta algo de esfuerzo, sí necesitas un espacio para los libros, pero vas a darle el mejor regalo a tu hijo: la lectura.
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