¡No puedo!

Yo soy la peor para ir al doctor, la verdad voy cada que me duele algo y ya cuando me duele mucho. Soy anti medicinas, anti médicos y anti hospitales. Y no es que no crea en ellos o en los resultados, es que me da un no-sé-qué-que-sé-yo desde que entro a los consultorios.

Siempre huele a hospital, creo que todos barren y trapean con el mismo desinfectante porque tienen el mismo olor en todos los lugares médicos. Ya desde ahí me empiezo a sentir más mal, me entra ansiedad y siento que seguro me voy a morir bien pronto. No sé, problemas psicológicos #quelellaman.

Y ya ni hablemos del ginecólogo, les juro que yo voy por lo menos una vez al año y mi doctor es un tipazo, la neta. Siempre me responde mi lista de 100 preguntas que ya llevo escritas y tranquiliza mis nervios inmediatamente.

Obviamente sé que es infinitamente importante acudir a revisión por lo menos una vez al año y por eso lo hago. Cualquier mujer sexualmente activa debe realizar estas visitas, hacerse los chequeos necesarios como el Papanicolaou, la Mamografía o una Ecografía genital, dependiendo lo que le recomiende su médico.

Pero no sé por qué les tengo tanta cosa o nervio o miedo o qué sé yo a estos lugares. Voy a la cita y en la sala de espera ya me estoy mordiendo las uñas. Me llaman para tomarme el peso y la presión y ya estoy desesperada. Para cuando entro a la consulta estoy a un paso de abrazar al doctor por los nervios que me cargo.

Y hasta ahí todo bien, pasamos a la revisión obligada y todo bien. Me explica que tengo o que no tengo y luego me pide que regrese por los resultados de los análisis que va a mandar a hacer.

Después de todo eso podríamos decir que todo salió bien, pero la verdad y debo admitir que no debe de ser así, nunca regreso por los resultados. Me da pavor y todos los días pienso debo llamar para saber si salí bien. Pero no me animo. Luego me convenzo a mi misma pensando, si algo estuviera mal el doctor ya me hubiese llamado.

Es algo con lo que tengo que trabajar seriamente, porque eso no está nada bien ponerme así -como loca-. Hace unos días en algún lado leí que “Para la mujer la visita el ginecólogo es un desafío emocional, pero es crucial para cuidar su salud, tanto reproductiva como sexual. Una visita al año puede salvar tu vida”. ¡Madres! Me sentí la más irresponsable.

Así que armémonos de valor (bueno yo). Vayamos al ginecólogo y seguro nos irá bien y podremos prevenir otros males.

Se agradecen unas palabras de aliento. :/

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