Si tuvieron oportunidad de escucharnos el martes en nuestro programa de radio en Poder México estuvimos hablando de cuando no podemos decir no. Yo muy creidita y muy salsa contesté que se me hacia fácil decir que no siempre. Quesque era muy sencillo hacerlo.
Pues me cayó la maldición de chahuistle, o como se diga, porque en este momento me estoy dando de topes contra la pared por no poder decir «No», sí de topes, jalandome el pelo, pataleando y berreando cual bebe en el piso.
No se ni cómo, ni en qué momento se me hizo fácil decir sí, no lo pensé mucho, solo dije “Si”. Ustedes se preguntaran a qué, pues a mi hermoso adolescente que con una sonrisa me derrite y me convence, con una dulce mirada me preguntó, hace dos meses, si podía ir a la premier de StarWars con sus amigos y dije “Si, como no?”
No pensé que era entre semana, que era a las 12 de la noche, que salían a las tres más o menos de la mañana de la película y que habría que ir a llevarlos y luego a recogerlos. Ahora me pregunto por qué fui tan inconsciente.
Yo, la muy salsita, dije sí cuando quería decir que no. Pero la verdad me hubiese sentido fatal de negarle el gusto a mi hijo, que hasta yo tengo ganas de ver la maldita película, cuando pase la euforia en el mundo virtual y real.
Creo que cuando nuestros hijos son pequeños es mucho más fácil decir que no a muchas cosas, hasta creo que nos falta sensibilidad ante ciertas situaciones. Hay veces que decimos que no porque simplemente estamos hasta la madre, sí, nos cansamos y no queremos saber de nada, incluidos los hijos (y el marido).
Pero crecen se hacen adolescentes y se empiezan a independizar. Llega el momento temido donde vivimos entre el sí y el no y el no sé lo que estoy haciendo. El momento en que caminamos sobre esa delgada línea de darles libertad o no y cumplirles ciertos gustos. O seguir siendo parte de estas locas aventuras.
Llámenme loca pero esta es una aventura para mi, educar a un adolescente, estar cansada y no saber decirle no. Casi, casi una bomba Molotov a punto de explotar.
Y pues con toda la pena del alma me dispongo a salir a choferear a mi jefe al que siempre le digo sí. #comper
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