Soy de las mamás que cuando maneja le preocupa todo, todo me refiero a la seguridad de mis hijos y claro la mía también. En esta ciudad donde todo es un caos o mejor dicho donde cada quien hace lo que quiere es inevitable preocuparse por los accidentes.
Cuando era más chava, y mi papá me enseñó a manejar (cosa que no fue fácil puesto que me gritaba al oído «frena, frena, frena») lo primero que me dijo fue que un buen conductor no era el que manejaba rápido sino aquel que anticipaba lo que el otro iba a hacer gran consejo para los que vivimos en la CDMX.
Ahora que tengo hijos estoy siempre queriendo anticipar cualquier incidente. Con el pequeño la regla es clara, cinturón de seguridad en todo momento, no importa que vayamos a la esquina el cinturón se pone. Tip para las mamás: el cinturón siempre debe ir por la cintura y cruzar el pecho, nunca en el cuello, y si son menores de 12 años sieeeeempreeee van atrás, no hay lugar más seguro para los niños que los asientos traseros.
Eso es con el chiquito porque el hijo adolescente está en la etapa en que ya quiere y bueno debe manejar. Ha sido un paso difícil de dar porque temo que le pase algun accidente pero como siempre digo es hora de soltar y dejarlo emprender vuelo (lloro solo de escribirlo).
Por suerte la semana pasada nos prestaron un Chevrolet Malibu y trae la más avanzada Tecnología totalmente nueva en el mercado que permite a los padres monitorear las estadísticas de conducción de sus hijos, como velocidad máxima, alertas de precaución y más. Claro yo debo enseñarle a prevenir, a respetar las señalizaciones, las reglas de tránsito y sobre todo al peatón. No queremos que se lleve a algún cristiano.
La cosa es que tengo miedo y a la vez emoción. Confianza en él y desconfianza en los demás. Me siento nerviosa y orgullosa. Es decir soy un manojo de incongruencias (ya sabemos, típicas de las mamás), pero es hora de dar este paso y adelante.
Cuando de los autos y los hijos se trata solo queda disponer de todas las herramientas de seguridad que podamos y esperar que nunca se nos atraviese un loco despistado en esta ciudad.
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