Si empezamos por cuidar lo que decimos frente a nuestros hijos podremos empezar a educar a niños incluyentes. No es tan complicado, simplemente se trata de aceptar y respetar a los que nos rodean. El mundo se ha vuelto tan necio que no nos damos cuenta de nuestras acciones, solo las de los demás.
Lo primero que tenemos que hacer es vernos a nosotros mismos, analizar nuestros actos. No sólo ver lo que hacemos mal, sino todo, lo bueno y lo malo. Hoy en día tendemos a justificar todo lo que hacemos “Me pasé el alto porque tenía prisa, es sólo por esta vez”, no, no se vale aunque sea solo por una vez o porque tenías prisa, porque cuando alguien más lo haga no lo justificarás, solo dirás “que se levante temprano”, para ti sí se vale para los demás no.
Entonces, esto es lo que aprenden nuestros hijos al ver que justificamos nuestras acciones.
Segundo, sé amable, con todos. Hasta con los que no son tus amigos, con los que no coincides, con los que no piensan igual que tú, con los que son distintos a ti, sexo, raza, religión, orientación sexual. Ahí está el trabajo difícil, no se trata de decir “tengo amigos de este o aquel grupo” y luego pensar que tú tienes la verdad absoluta y hacer comentarios homofóbicos, religiosos o clasistas, se trata de realmente aceptar a los demás como son.
No hagas comentarios racistas, no hagas diferencias entre una persona y otra, todos somos iguales.
Hablemos de nuestras diferencias frente a los hijos, nadie, nadie es igual ni mejor. Tu cabello es largo o corto, eres alto o bajo, moreno o rubio, y ni siquiera siendo todos de cabello largo o morenos somos iguales, hablamos distinto, nuestros rasgos son diferentes. No tenemos la misma manera de ver las cosas, nuestros gustos varían. Dejar que tu pequeño vea que a él le gusta una cosa y a ti otra cosa es una manera de empezar a aceptar y respetar.
Respeta cuando tu hijo prefiera algo distinto a lo que tú quieres, puede ser comida, ropa o simplemente un juego.
Si tan sólo iniciamos con estas tres cosas, nuestros pequeños sabrán respetar, ser empáticos y honestos consigo mismos.
Eduquemos para una mejor sociedad, basada en el amor y la tolerancia.
Deja una respuesta