Slab City se encuentra al sur de California en pleno desierto, esta prácticamente en la nada. Así como lo oyen. No es un destino común como para ir a turistear o pasear. Es una ciudad donde los habitantes son libres, libres porque no tienen que responderle a nadie por su estilo de vida. No hay electricidad, no hay drenaje, no hay tecnología.
Este lugar definitivamente es único, antes era un campo militar donde entrenaba el ejercito durante la segunda guerra mundial. Después el Departamento de Defensa estadounidense determinó que ya no necesitaba esa tierra y fue abandonada. Fue ahí que empezaron a llegar migrantes de diferentes zonas, principalmente “Snowbirds” viajeros que huyen del duro invierno y la nieve para establecerse en zonas cálidas.
La mayoría de la gente vive en casas rodantes, ingeniándose la vida. Ellos generan su propia energía. Unos usan paneles solares para la electricidad otros tienen sus mini huertos. Te encuentras desde hippies, artistas, ambientalistas, motociclistas, vagabundos hasta los que sólo buscan alejarse del caos de las ciudades y del capitalismo.
Yo me sentí como en película del viejo oeste mezclada con Woodstock y Coachella, atrapada en los setentas y su psicodelia. Hacia donde voltees encuentras arte hecho a base de reciclaje.
En esta zona se encuentra el colectivo de artistas llamado East Jesus. Creado por “Charlie” esta comunidad se dedica a hacer obras del desecho que recolectan. Usan desde latas, hasta camiones viejos para formar las piezas que exponen en el lugar. Si te animas a ir, siempre hay alguien para darte un tour guiado y explicarte de que trata cada cosa que ves y el porque de este grupo.
Les aviso que no hay hoteles y en verano el calor es insoportable, pero es un lugar que hay que ir a conocer. Disfruté muchísimo la visita y sobre todo fue una sorpresa descubrir como viven estas comunidades tan alejadas de la tecnología y del ajetreo diario en el que nos vemos envueltos día a día los demás.
¡No se lo pierdan!
por Grace Navarro
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