Cada vez que me subo al carro, algo muy extraño se apodera de mí, es como si me convirtiera en el Demonio de Tazmania, me pongo loquita, loquita. No crean que ando echando lámina a todo el que pasa junto a mí, ni rebasando, ni pasándome los altos; soy muy respetuosa de las reglas de... Leer más →