Terminó

Pasaron las elecciones, ¡Por fin! Muchos pensamos que contado el último voto, todos descansaríamos de dimes y diretes, de acusaciones, de manipulación, de imágenes de políticos vociferando, de suedo-dioses, seudo-santos, suedo-hombres de bien, ¿y cual es mi sorpresa? Creo que la situación empeoro, ahora no solo tenemos que seguir escuchándolos discutir, sino que ahora discutimos entre nosotros mismos, con nuestros amigos, vecinos, compañeros de trabajo, nos apasionamos, nos olvidamos de que todos tenemos un mismo objetivo, ¡Que si estas con Felipe, eres fascista! ¡Que si estas con el Peje, eres naco!, y ni uno, ni otro, se nos olvida que todos pensamos distinto, y somos libres de hacerlo, de apoyar al que nos parece el mejor, que ninguno de los dos ex-candidatos es un santo o tiene la verdad absoluta, que ninguno va a solucionar los problemas de este país en seis años, lo lastimoso es que ahora somos unos contra otros, me da asco recibir tantos mails, con tonterías, con acusaciones, con actitudes de héroes salvadores de la patria, mails con fragmentos de distintos periódicos, de opiniones de escritores, periodistas, politólogos (se les olvida que también ahí hay gente que piensa distinto a uno, y hay veces que no tiene la razón). Yo no entiendo muchas cosas, lo que si tengo claro es que ya estoy cansada de esta pelea que parece no tener fin, dejemos de acusar, de enviar mails que no sirven de nada, llenos de vacío, manipulados y tontos. ¿Estamos dispuestos a seguir ciegamente a cualquiera de los dos, solo porque votamos por ellos?