¿Dieciséis de qué?

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Nos encanta ir a la plaza principal de nuestra ciudad a dar el grito, festejar con los amigos y algunos muy patriotas hasta emborracharse, esteee…penita ajena. ¿Realmente sabemos qué estamos festejando y por qué? ¿Qué les enseñamos a nuestros hijos? ¿Qué queremos que aprendan sobre esto?

Desde hace mucho me cuestiono por qué en las escuelas ya no celebran, ni le dan importancia a estas fechas como antes. Antes teníamos la clase de Historia, Ciencias Sociales y Civismo. Participábamos en muchas actividades relacionadas a los festejos patrios, bailables folklóricos (muchos), kermeses, obras teatrales, hasta el grito dábamos en las canchas de básquet. Hoy los chicos, sólo se visten de charros, Chinas Poblanas o Adelitas, las mamás suben las fotos al Facebook y listo, cumplimos.

Las escuelas están tan clavadas en ser una copia de la educación extranjera, que se olvidaron de nuestras raíces. No digo que está mal la educación multicultural, simplemente no podemos dejar a un lado quiénes somos y cómo llegamos hasta aquí –ya sé, tampoco el panorama es color de rosa, pero esa es otra historia–.

El viernes pasado mi hijo mayor estaba sorprendido porque en su colegio iba a haber una kermés “¿Quién hace una kermés, mamá? ya ninguna escuela hace eso” me dijo. Yo no lo podía creer, ¿cómo? ¿Qué esta pasando con las nuevas generaciones? Sí, es una simple kermés, pero lo importante es el fondo, no la forma, crear lazos, sentido de pertenencia, unión. En fin, ¡qué triste!

Es sumamente importante conocer la historia de nuestra nación, conocer qué se ha hecho, qué se ha logrado, por qué y para qué. Esta es la mejor manera de crear ciudadanos conscientes y comprometidos con la sociedad. En la escuela deben enseñarles sobre las batallas que han forjado a este país, sobre la situación política y social por la que pasamos, porque esto les dará las herramientas necesarias para ser individuos responsables dentro de su comunidad. Debemos enseñarles a tener más participación cívica, inculcarles amor por su gente, por México, por este país que es suyo. Enseñarles responsabilidad cívica (y mucho se logra con el ejemplo, esteee, cof, cof).

Si las escuelas están perdiendo estas costumbres, que no suceda en nuestras casas. Les comparto varias actividades que pueden servir para que nuestros hijos aprendan sobre su país y sus costumbres:

  1. Leerles cuentos. Hay muchos cuentos divertidos sobre la historia de México, algunos sólo de ilustraciones que les pueden llamar la atención a los más pequeños.
  2. Escuchar música. De vez en cuando ponerles rancheras, boleros, o música de esa época. (Algunos niños ni la conocen).
  3. Contarles historias. Platicarles cómo fueron las luchas y batallas de la Independencia, Revolución, etcétera, y por qué. Contarlas de manera divertida para que les llame la atención. Puede ser camino a la escuela o de vuelta, cuando no tengan los juguetes o aparatos electrónicos a la mano.
  4. Ver películas. Buscar las que traten de nuestras raíces, hay caricaturas divertidas como La leyenda de la Nahuala o La leyenda de la Llorona.
  5. Cantar el Himno Nacional, y contarles cómo fue hecho, y qué significa lo que están cantando. (Es medio sangriento, pero se pueden obviar esas partes).

Esta semana tendré que festejar mucho en casa, y explicarles por qué tanta fiesta, ojalá sirva de algo, ojalá no me tiren a loca; ojalá, ojalá.. y bueno.. ¡Viva México!

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2 respuestas a “¿Dieciséis de qué?

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