Pues lo pensé mucho, a veces pienso, se los juro. Pensé qué significa “por debajo de la mesa”, y no tenía ni idea a qué se refería la frase. Sólo pensé en que era el mejor escondite de mis hijos, de pequeños, a ambos les encantaba jugar debajo de la mesa. Para ellos era como una cueva o una mini casa, si le ponía la sábana arriba quedaba más mejor. Pues sólo eso, no se me ocurrió nada más que agregar sobre la mesa que como juguete de niños.
Olsina, que es bien rápida para atrapar ideas, me dijo que escribiera sobre cuando tiembla y te metes debajo de la mesa, la verdad yo salgo corriendo como loca, así como dicen que no se debe, así salgo corriendo. Entonces no puedo inventar una historia de sismos y mesas.
Mariela me dijo que era como tener un secreto, ¡uff! secretos, yo les podría contar unos bien sabrosos, de ya saben quién, que está ya saben dónde, y anda haciendo cosas que no debe. Ajá, ya quieren saber, pero soy una tumba, a menos que me manden un whatsapp y lo discutimos. ¿Ah, vedá?
Luego Pam me dijo que era cuando le das mordida al poli, o le pasas una lana al de la puerta del antro para que te deje entrar antes que toda la fila de mil personas –porque yo sólo voy a antros bien populares ¿eh?–. Ok, no, ni voy a antro, ni ando dando mordidas, en esta casa somos de los extremistas que prefieren que se lleven el carro al corralón que dar una mordida. Sí, somos muy dignos, decentes y honrados.
Estuve a punto de mandar todo a la fregada porque no sabía qué escribir, así que decidí unirme al clan de Julieta y su “No sé de qué demonios escribir hoy”, porque después de dos años de escribir cada semana, se nos empieza a secar el cerebro, que de por sí ya estaba un poco seco.
Quiero decirles que no siempre podemos –Julieta y yo– escribir cosas maravillosas, las demás sí le saben, se inspiran y toda la cosa, les queda rebonito. Y en eso estriba esto de escribir, que la inspiración te llegue en el momento justo para poder escribir, si no te llega o el tema no te prende, ya valió cacahuate. Terminas escribiendo puras tonterías como las que acabo de escribir en esta entrada. Y por arriba de la mesa.
Esa es sinceridad.. me gusta, me gusta 🙂
Felicidades .. siempre les leo.
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Muchas gracias por leer y comentar. Saludos 🙂
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jajaja me hiciste recordar cuando aprendí el arte del repujado. Tiempo después puse una papelería y mi marido me sugirió que pusiera un letrero anunciando que se hacían trabajos en repujado. Yo quise aprender a hacer repujado porque me llamaba la atención lo bonito de esos trabajos, no para vender, pero le hice caso, y cuando alguien me pedía algo que a mi no me gustaba era horrible, o como dices, a veces no te llega la inspiración y «nomás» no te sale nada.
Te entendí a la perfección amiga.
Saludos!
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A ver que se me ocurre esta semana jajajajjajaja te mando un abrazo y mil gracias por leer 🙂
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¡Me encantó!
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Gracias amiga!!! Ya ven a visitarnos 🙂
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Me canta la frescura que irradias, Luis Miguel nos dio otras ideas de que hacer por debajo de la mesa, pero yo me quedo con los niños jugando
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jajajajaja ese Luis Miguel, jajajajaja creo que podría haber contado a lo que jugaban o sus aventuras pero me trabe jajaja, muchas gracias por siempre tener algo lindo que decirnos, un abrazote 🙂
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Jajajajaja, cálmate Grace 😀
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Ja jajjajaa oh! Pues, ¿que quieres? Se me seco el cerebro jajajaja
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