
Obvio buscamos que las habitaciones fueran amplias y cómodas, segundo que el hotel tuviera Kids Club y tercero que el restaurante estuviera junto a la alberca o la playa para poder tener todo al alcance. Y esta propiedad lo tenía todo justo como queríamos.
El primer día nos dedicamos a descansar, por suerte estuvimos ahí en temporada baja así que era casi para nosotros el lugar. El hotel tiene una mini palyita privada que esta de lo más hermosa, que por cierto a Bruno le encantó. Por la noche disfrutamos de una vista espectacular, el atardecer frente al mar ¿así o más perfecto?.
Al día siguiente nos dedicamos a visitar el Fuerte de San Diego, es el monumento histórico más importante del puerto de Acapulco. Construido en 1615 y declarado monumento histórico. El acervo incluye los últimos hallazgos arqueológicos, así como testimonios del virreinato y la Independencia, máscaras prehispánicas, instrumentos náuticos, lacas orientales, textiles, cañones, carruajes y modelos de embarcaciones originales. La verdad es muy hermoso y pueden pasar el día ahí y visitar también los museos de alrededor.
Mas tarde pueden darse una vuelta al mural de Diego Rivera, yo no sabía que había uno en Acapulco. Antes era la antigua casa de Dolores Olmedo. Es impresionante y cualquiera puede ir a visitarlo, el muro frontal de la propiedad es una esculto-pintura de 100 m2 donde Diego representó a los dioses Exekatl, Tláloc, Quetzalcóatl y Coatlicue. Puso además la inscripción Exekatl Kali, por lo cual a la residencia se le conoce como “Casa del Viento”.
Pero lo mejor de nuestra visita a Acapulco fue visitar Barra de Coyuca, a más o menos 30 minutos de Acapulco (hay tours que te llevan ahí) puedes recorrer la laguna, una lanchita te lleva justo al punto donde se divide el mar de la laguna, la flora y la fauna es impresionante en ese punto. Después tuvimos la suerte de ayudar a liberar tortugas (para Bruno fue una gran experiencia) le explicaron porque el cuidado y los peligros de las tortugas, de veras ayuda a los peques a hacer conciencia sobre la importancia de cuidar el medio ambiente.
Obvio no pueden perderse las visitas típicas empezando por los famosos clavados en La Quebrada, ya es todo un show y hay diferentes horarios, chequen en el hotel les dan todos los datos para que puedan darse una vuelta. Tampoco se pueden perder una comidita de mariscos frente al mar, un cevichito o un pescado a la talla, ¿por qué no? ¿verdad?
Visitar sus distintas playas como Playa La Condesa, Caleta y Caletilla, Playa Hornos y Hornitos, Playa Icacos, Puerto Marquez o Playa Diamante. Solo checa cual se adapta más a tú plan.
Cómo ven hay muchas cosas que hacer en Acapulco y lo mejor que queda súper cerca de la Ciudad de México, aprovechen y visiten con los hijos.
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